El propósito del libro “Los Picassos que Dios pintó para Sofia”

Siempre empiezo diciendo que mi vida es un milagro, que no soy más que el fruto del amor puro de Dios, y que Él es un gran artista que todos los días pinta obras de arte para mí.

El propósito que tuve al escribir este libro fue revelarle al mundo lo que el poder, la misericordia y el amor de Dios pueden hacer en la vida de un ser humano. Revela cuan real y tangible es Dios y como, a pesar de eso, muchas veces lo vemos como alguien lejano o irreal. No se nos ocurre pensar que Dios es más real y está más presente y más latente de lo que podemos imaginar. Dios está presente aquí y ahora. Somos nosotros los que tomamos la decisión de verlo, escucharlo y evidenciarlo.

Decidí escribir este libro en honor a Él, porque es a Él a quien le debo mi vida entera. Él es mi principio y mi fin, mi alfa y mi omega. Él es mi mundo y mi todo. Él está en mi ser. Como te irás dando cuenta a lo largo del relato, Dios es para mí un gran artista, un pintor, un escultor, un gestor y el ejecutor de millones de obras de arte que ha pintado y pintará en mi vida. Cada obra hace alusión a un milagro, grande o pequeño, que forma y transforma a la mujer que soy.

El libro también quiere revelar el hecho de que todos los días nos enfrentamos a retos, obstáculos y pruebas que debemos superar. Pruebas que, a pesar de la adversidad, debemos combatir hasta el final. Sé que no soy ninguna heroína ni tengo poderes sobrenaturales. Lo que sí puedo asegurar es que soy una luchadora porque me he enfrentado una y otra vez a miles de obstáculos y he usado todas mis fuerzas para superarlos. Cada nuevo día me levanto con la convicción de que debo seguir adelante hasta que Dios me permita regresar a Él. Cada mañana, me propongo ser la mejor versión que Dios quiere de mí.